El experimento de La mano de oro que tanto ha dado de qué hablar cierra con Villa Paraíso, un álbum veraniego con temas de todos los artistas que formaron parte del proyecto.
Home Studio es una idea pionera de Andrés Pérez, conocido por haber sido mánager de artistas como Camin o Saiko, y la premisa era sencilla: juntar a varios artistas emergentes con productores musicales en una misma casa durante más de 40 días, con el propósito de dar a conocer nuevos talentos. Además, cualquiera podía ser testigo del proceso de creación musical, pues la mayor parte del tiempo emitían todo lo que pasaba en la mansión a través de Twitch.

Como cabezas de cartel estaban Zakyo, David Marley y Kabasaki, algunos fueron entrando y saliendo, pero entre el resto de participantes destacaron ANMI, Turde, Jay Vázquez, Rodrigo Félix, Mvros, Arturo Rando y Fuego Fatuo. También contaron con la presencia de artistas con más nombre como Nickzzy, que se acabó sumando al disco final.
Pese a no necesitarlo por su estatus dentro de la industria, La mano de oro inició este proyecto jugándose su reputación y más de 100 mil euros, una moneda de cambio que parece haber dado sus frutos. Si bien Home Studio habrá supuesto con total seguridad la pérdida de mucho dinero, ha servido para dar luz a artistas que pese a su talento y trabajo no la tenían.
El problema de la industria musical en España
En España a diferencia de otros países como Puerto Rico, cuna de la música urbana, los artistas consolidados no suelen impulsar las carreras de los emergentes. La ambición desmedida, la codicia y –en algunos casos– el miedo al fracaso de quienes se reparten el pastel del panorama musical urbano en nuestro país, crean un techo de cristal que lastra y complica el ascenso en la misma.

En lugar de dar visibilidad a jóvenes talentos haciendo colaboraciones o grandes remix entre muchos artistas como sí sucede en otros países latinos, aquí se mira para otro lado. Con algo de suerte, Home Studio sentará un precedente y abrirá el camino a nuevas oportunidades similares. Más allá de cualquier polémica externa, La mano de oro ha sido el que ha puesto la primera piedra para cambiar el juego y eso hay que reconocérselo.
Veraniego y comercial
Villa Paraíso es lo que prometía ser: un álbum de reguetón con ritmos caribeños y playeros. Si algo puede reprochársele al álbum es esto mismo, que se trata de una apuesta comercial y poco arriesgada, donde los sonidos algo más fuera de lo común brillan por su ausencia, pareciendo obviar que se puede hacer un álbum para el verano sin que los temas que conformen el disco sean siete reguetones.
Ahora bien, si con una palabra tuviera que definir el álbum diría sin pensarlo dos veces profesionalidad. Los videoclips, portada, música y voces son de la más alta calidad, es increíble como con muchos menos recursos que los artistas más grandes, han conseguido hacer algo igual o de mayor calidad.

El hit del disco es VITAMINA D, un palo cuyo preview ya adelantamos hace semanas en un artículo anterior. Sin desprestigiar al resto de diamantes en bruto, cabe destacar a ANMI y Mvros, dos voces melódicas polivalentes y con un lápiz brillante, que seguro serán parte del futuro del urbano en nuestro país. Y trabajando en el terreno de la producción musical, Fuego Fatuo es un maestro, el verdadero balón de oro de este colectivo.