Justin Bieber lanza su séptimo álbum de estudio: la introspección tras el caos.
Después de cuatro años de sequía y avisando el día de antes, el peso pesado del pop, Justin Bieber, lanza su álbum SWAG.
Da la impresión de que esta estrategia de marketing está profundamente ligada al proceso creativo del álbum. Con la naturalidad de un niño que se sienta a crear improvisadamente como parte de su rutina, experimentando fuera del prejuicio, que se traiciona cuando termina su obra y no puede evitar exponer el resultado.
El día 10 de este julio veíamos a través de las redes sociales del artista fotos de vallas publicitarias en Times Square, Los Ángeles… El mensaje era claro a pesar de no estar acompañado de un caption: nuevo álbum.

Un título, un tracklist de 21 canciones y una estética marcada. Tres elementos sobre los que no dio tiempo a hacer muchas suposiciones, pues el disco salió 24 horas más tarde, el día 11 de julio. Contiene colaboraciones con Sexyy Red, Cash Cobain, Eddie Benjamin, Gunna Marvin Winans y Lil B. Con una larga lista de productores entre los que destacamos a Mk.Gee y a Dijon, quienes notablemente imprimen su esencia en el álbum.
Si no has vivido debajo una piedra los últimos meses habrás visto la espiral polémica sobre la que se ha visto envuelta el cantante. Fans preocupados y haters aprovechando el tirón. La presencia caótica y descuidada de Justin en las redes, sumada a encontronazos con los paparazzi y videos suyos en lugares públicos hicieron saltar las alarmas. Se especulaba sobre drogadicción, problemas maritales e inestabilidad. Con este álbum Justin responde explícitamente a quienes tienen oídos para escuchar. Tanto en los temas como en los tres interludios de los que consta el álbum. Estos son grabaciones de conversaciones con el comediante y creador de contenido Druski: Soulful (reacción al álbum), Therapy Session (abordando la raíz de la polémica) y Standing on business (caricaturizando el clip viral).

El canadiense y la fama nunca han tenido una relación particularmente tranquila. No solo lo hemos visto en la prensa rosa, sino también en su música. Justin ha sido muy claro y directo con esta problemática. Lo vemos en temas como Monster con Shawn Mendes, en el que habla sobre la deshumanización que sufren quienes están bajo el foco, o Lonely, que trata sobre aislamiento y la verdadera cara de verse acompañado pero no sentirlo, entre otros.
Quizá nuestro protagonista no tenga la mejor relación con la fama, pero está claro que tiene una relación consolidada con el escándalo.
¿Se debería separar el arte del artista?
Arrestos por conducción temeraria; agresiones a fotógrafos y fans; desplantes públicos; consumo abusivo de sustancias; críticas por actitudes egocéntricas. Y, como no, la favorita del público: Selena Gomez, con quien protagonizó ocho años de idas y venidas en una relación que le supo a poco a los fans, pues la polémica sigue abierta en cualquier red social con publicaciones recientes si buscas el nombre de cualquiera de los dos. ¿Qué tiene esto que ver con su nuevo álbum? Bastante. Si bien hemos visto que Justin ha abordado el tema del caos y el consumo respondiendo directamente a través de sus conversaciones con Druski en los interludios, de la “polémica magna” no hemos tenido una respuesta tan explícita.
Titulares hablando de crisis marital, desplantes hacia Hailey en público, y una supuesta crisis al enterarse del compromiso de su expareja con su exproductor Benny Blanco, complementada con publicaciones de dudosa interpretación en sus redes sociales al respecto. Bieber ha querido atajar este tema de la manera mas elegante que ha encontrado. Canciones dedicadas a la relación con su esposa y a su reciente paternidad, que también le da portada al álbum.

Cierto es que bien podíamos esperar también una respuesta explícita a esta cuestión, ya que ha tenido tanta o más repercusión que la polémica anterior que sí abordó de una manera más palpable. Recordemos que en cierta ocasión incluso la esposa del cantante decidió ponerse en contacto con su ex novia para lidiar con la oleada masiva de hate que estaba recibiendo.
Justin le dedica Go Baby enteramente a Hailey. La línea “That’s my baby, she’s iconic. iPhone case, lipgloss on it” ha sido de las más virales desde el lanzamiento del álbum , con elogios y detractores. Sin embargo la parte más cuestionable de la canción podría ser otra en la que dice “Cry on my shoulder whenever you need it. You better believe that I can hold all the weight that you feel inside”, que resume bastante bien el tema.

Hay quienes destacan la hipocresía de esta barra, ya que habiendo tenido la posibilidad, el cantante no ha salido nunca a defender a su mujer frente a las polémicas que la enfrentaban con su expareja, rumores sobre que él mismo la desprecia, e incluso acusaciones de acoso de la esposa hacia Selena. El escrutinio público al que fueron sometidas las tres partes de este escándalo fue lo que llevó a Hailey a contactar con Selena. Pero bueno, aquí hemos venido a hablar de música.
Debemos obligatoriamente mencionar la simplicidad de algunas letras como en Dadz love o Sweet Spot ft Sexyy Red, que es innegociable. Esta colaboración con la rapera no iba a salvarse de la cruda crítica que envuelve al cantante.

La línea general del álbum es Justin evolucionando hacia una nueva persona cuyo objetivo es la tranquilidad. Un álbum con sonidos de R&B que recuerdan al mismísimo Michael Jackson y al soul de los noventa. Un Bieber introspectivo y cercano, abordando polémicas, proyectando “su verdadero yo”. En palabras de Druski, un álbum cargado de alma, para quien lo quiera coger de esa manera.
Para los más escépticos, resulta en un rebranding que intenta blanquear su imagen después todas las polémicas y de su reciente crisis financiera, tras la que incluso tuvo que vender su catálogo musical para hacer frente a la deuda millonaria con su ex representante, Scooter Braun, quien cubrió el anticipo de una gira cancelada en 2023
que ya estaba en marcha.
Retomando el hilo, al público general no le ha convencido el tema con la rapera estadounidense, pues se sale de la línea general del álbum, que es más introspectivo y reflexivo. Este tema explícito, argumentan, “les saca de onda” o les resulta desagradable. Quizá la reciente paternidad del cantante y su fuerte presencia en el álbum hayan atenuado este sentimiento generalizado de disonancia.
SWAG es un disco en el que Bieber ha querido experimentar con los sonidos, con la producción y su rango vocal, abriéndose sentimentalmente con un góspel como broche de oro. Un proyecto muy humano que ya sea genuina o intencionalmente ha dado mucho de que hablar.
Que buena la interpretacion y explicación tanto del album como del contexto que le rodea 👏👏
Genial!!!me encanta como lo cuentas!!
Que buen artículo Ana, por como tratas tanto el apartado musical como el chismerío que envuelve a Justin respecto a sus últimos años de carrera
Maravillosa la forma en la que atraes a leer todo el artículo porque cada párrafo es más interesante que el anterior y da gusto ver artículos que hablan de más cosas que simplemente decir si la canción mola o no !! 👏🏻👏🏻