Ruvy Ghøst, la inquietud creativa que desafía los géneros desde Zaragoza

Rubén López Langarita, más conocido como Ruvy Ghøst o Ruvy, no encaja en ninguna etiqueta. “Soy artista, o eso me considero”, dice con naturalidad, con la misma con la que experimenta en beats con bossa nova o tonos japoneses. Zaragozano, autodidacta y soñador, pero con los pies en el suelo. Empezó a hacer música hace cuatro años, pero fueron los dos últimos los que, según él, “van más en serio”.

Y se nota.

Su historia comienza con decepción. Interesado en el rap y el freestyle con 16 años, se dirigió de un estudio a otro sin acabar encontrando la chispa que retumbaría en sus oídos. Fue la decisión de hacerlo todo por sí mismo la que lo llevó en un principio a maquetar beats, mezclas, másteres… Su primer álbum salió tres meses después de empezar, con 15 temas que él mismo produjo. «No sonaba bien», reconoce con ironía, pero eran suyos. Su escuela, su archivo, su desahogo.

Ruvy en el proceso de producción

Un viaje de ida y vuelta en los géneros urbanos

Ruvy ha transitado por una evolución que lo llevó del Swan Fyahbwoy que le enseñó un colega con 14 años al grime y el trap estadounidenses. “Me empezaron a sonar todas las canciones parecidas“, admite. Ello le hizo fijarse de nuevo en la escena nacional, donde descubrió artistas como Yung Beef, Diego 900, Mda o Superreservao.

En el estudio

El zaragozano no encaja en un solo estilo. Cuando le preguntan por él, responde: «Hago música». A veces, para explicarse con las clientas del bar donde trabaja, dice «trap o rap evolucionado». Su obra abarca una amplia gama de ritmos, desde los más tropicales o fiesteros hasta los más melancólicos, puesto que resalta que no le gusta que las canciones suenen todas iguales. 

El caos recurrente como fuente de inspiración

¿De qué se inspira Ruvy Ghøst? La respuesta es impredecible. Puede ser un beat, su estado de ánimo o el contexto. “Me gusta dejar un mensaje”… “Pasármelo bien”, dice. Sus letras pueden ser decaídas, alegres o críticas; en ocasiones de todo a la vez. “Últimamente me tira más lo rebelde, pero también me apetece hacer temas más divertidos, más desenfadados…”, exclama.

“Depende del sol que haga, supongo”, añade Rubén.

De la música a la moda

El artista compagina la música y el último año del estudio universitario de Diseño de Moda. Su próximo álbum se llama No voy a lograrlo, que comparte concepto con su Trabajo de Fin de Grado, en una especie de simbiosis creativa entre disciplinas.

“Es trabajar el mismo concepto desde dos lenguajes distintos, explica.

Ha sacado varios sencillos con videoclip desde su último EP Hate U Ruvy, y anuncia que sacará un nuevo álbum después del verano (septiembre-octubre) y algún que otro adelanto a mediados de la temporada. Todo apunta a que será un trabajo más maduro, con mayor cuidado estético y conceptual.

La meta es clara

Ruvy Ghøst no sueña con la fama, solo quiere vivir de una forma tranquila con la música en su vida.

“No necesito ser súper famoso, solo poder dedicarme a esto y estar orgulloso de lo que hago. Que alguien escuche mis canciones y le recuerde a un momento concreto de su vida, eso ya sería increíble”.

Quizás el maño no piensa en ser una estrella global, pero con su honestidad creativa, su espíritu independiente y su inquietud constante, ya lleva un tiempo desde que ha empezado a construir una identidad y un público que le apoya con total fidelidad.

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