Munic HB culmina su «Transition» en la sala Mon de Madrid

El talento catalán actuó el pasado domingo 26 de octubre en la capital con un show a la altura de las expectativas

La puesta en escena es una de esas cosas que definen la calidad y el entretenimiento de un espectáculo, pero no es fácil de practicar. Mientras que otros aspectos como la voz o los visuales se pueden trabajar con anterioridad, es complicado trabajar una puesta en escena porque es imposible replicar esa presión o esos nervios que se sienten en el directo. Creo que fue el exfutbolista Alan Shearer el que dijo que puedes practicar mil veces el lanzamiento de un penalti, pero nunca podrás recrear en un entrenamiento la presión que sientes en el contexto de un partido. Lo mismo sucede en este caso, y es admirable cómo Munic domina esa puesta en escena a la perfección.

Después de presentar su disco Transition en Barcelona la noche del sábado, el domingo 26 de octubre puso rumbo a Madrid para hacer lo propio. A pesar de no haber hecho sold out, había bastante asistencia hasta cuando faltaba media hora para que diera comienzo. La sala Mon, que también actúa como discoteca muchos fines de semana, no cuenta con una pantalla tras el escenario, lo que impide que los artistas programen visuales para el espectáculo. Algunos artistas que han pasado por esta sala, como alternativa, han recurrido a un proyector que enfoca a la pared trasera, pero esta vez no sería así.

Con bastante puntualidad, el concierto daría comienzo con dos jóvenes saliendo con una actitud agresiva al escenario. Uno en banda derecha y otro en la izquierda. Sin micrófonos y a pleno pulmón, empezaron a narrar el comienzo de Jose. Más tarde, Munic comentaría que ambos son amigos muy cercanos suyos, y que le han acompañado desde el principio. El artista salió al escenario justo cuando la base iba a romper, con sus compañeros dejándole paso y saliendo del escenario. Tras finalizarla, comenzaría acto seguido con Matrix, haciendo varios gestos en puntos específicos de la canción que encajaban perfectamente con la instrumental y añadían un valor extra al espectáculo.

De esta manera el show continuaría con normalidad, con algunas pausas entre canciones para interactuar con el público y con un gran protagonismo de su último disco en el setlist. Aún así, iba intercalando temas muy queridos por sus oyentes como lo son Internacional, D.A.T.E.R. o Jungle. Después de ello, Munic quiso ponerse cómodo y se quitó el chaleco que llevaba puesto (quedándose sin camiseta en el escenario) como acostumbra a hacer. Demostrando quién es, cantó (y bailó) Black Pantha, con unos pasos que animaron toda la sala Mon. Así, a mitad del concierto haría una especie de momento de inflexión y entonaría el interludio de Pas Pas de manera emotiva.

Tras ello, quedó como un momento memorable cuando empezó a sonar la instrumental de Kit Kat y alguien del público lanzó una de estas chocolatinas al escenario. Más tarde los colegas de Munic volvieron a intervenir, esta vez narrando el interludio de Frontera. Con la presencia del hustle boy en el escenario era difícil no ver al público saltando en prácticamente todas las canciones. El artista catalán sabe cómo conectar con su público, y eligió para el tramo final los mejores tracks posibles. Mundial, Tóxico y Dolce fueron las últimas que cantó antes de las dos más especiales, posiblemente, de su carrera. Antes de entonar la Outro de Transition, dio un pequeño speech sobre su historia y sobre cómo se está sintiendo en estos meses de su trayectoria llenos de cambios. Explicó que esta canción se la había escrito a su madre, y así comenzó con la pieza. La terminó con alguna lágrima de por medio y, como no podía ser de otra manera, llegó el momento de Pico y Pala.

El hit que lo dio a conocer al gran público y que indudablemente le ayudó en su trayectoria. La gente le pedía (desde varias canciones antes) que saltara al público, “que bajara al barro a jugar”. Munic se negaba en todo momento entre risas (“Estais locos o qué”) pero debe ser por la emoción del momento que, finalmente, decidió bajar. Empezó a cantar su icónico tema desde el escenario pero lo cortó a mitad para unirse al público en una ocasión tan especial. Hicieron un gran hueco entre las personas y comenzó a cantarla de vuelta, hasta que llegó el inevitable pogo en el estribillo. Consiguió escabullirse y volver a subir al escenario, terminando el show por todo lo alto.

Entre el público podíamos ver a grandes artistas como Lex Luthorz, Cruz Cafuné, Aleesha o Seven Kayne, pero la atención recaía más en el centro de la primera fila. Quién necesita unos coristas en el escenario teniendo gente tan fiel lo más cerca posible. Ese grupo de personas estuvieron dejándose la voz desde el primer minuto (sin desmeritar al resto de los asistentes) y ayudaron a que el resto estuviera en todo momento encendido. La noche del domingo, Munic HB nos regaló un espectáculo difícil de olvidar y demostró (una vez más) que es uno de los artistas más completos del panorama con un directo envidiable.

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