Israel B presenta «Cómo coronar a un rey sin cabeza II»

Las segundas partes no siempre fueron malas

Tras el lanzamiento de una primera parte que quizás no hizo tanto ruido como el deseado, el rapero de Orcasitas sorprende con una segunda entrega de su EP de verano dónde destaca su faceta más melódica.

El nieto de la Pili está demostrando que está en un momento de comodidad total en lo que a lo musical se refiere. Mucha música en los últimos 12 meses, dónde destaca la falta de promoción y un gran compromiso con seguir trabajando en silencio y centrado en su carrera. Una estrategia que le puede llevar a evolucionar en un futuro, pero no a conseguir los resultados esperados por el presente.

El EP lo forman un total de 4 cortes, siendo Hablando m13rda el primero de todos. La canción se presenta distinta al resto de las que componen el trabajo, al no profundizar en ese lado melódico que tan bien trabaja el rapero. Un beat suave reforzado por la velocidad de los high hats de manos de LOWLIGHT componen la base de esta canción, que sumado al rapeo de Isra dan como resultado una canción digna de abrir esta segunda entrega.

Al cruzarnos con el segundo corte, Lloro y me río; ya observamos un rapeo cantado con un estribillo pegadizo y melódico. En cuanto a la temática de la canción, observamos como el rapero habla del vacío que siente. Israel B acostumbra a trabajar este tipo de temáticas más incómodas y en este caso hace un gran desempeño del mensaje que quiere transmitir.

La colaboración con Morad era cuestión de tiempo que se acabara dando en algún que otro proyecto, teniendo en cuenta la relación entre ambos artistas y sus carreras más que exitosas. En este caso LOWLIGHT ofrece una instrumental con un toque afrobeat en el que Morad se siente cómodo e Israel B ofrece una gran versión. Las expectativas con un junte de este calibre son muy altas, pero creo que la conexión Orcasitas-La Florida cumple con Lo quieres o no.

No me llamas es el corte elegido para cerrar esta segunda entrega del EP. El rapero nos regala una historia de desamor a través de una canción que ofrece su mejor versión a la hora de entonar. Con el tiempo el corte podría llegar a convertirse en una de esas canciones emblemas del rapero, llegando a recordar a temas similares como Yyanosé o Complicada gracias a un estribillo fuerte, emotivo y pegadizo.

Israel B está en un momento dulce, quizás sin encontrarse con su mejor versión por falta de juntarse con otros productores, pero lo cierto es que su propuesta funciona. Esto no quiere decir que el trabajo de LOWLIGHT sea malo; rapero y productor llevan años trabajando juntos sacando lo mejor el uno del otro, pero es cierto que se echa en falta una pizca de innovación en su propuesta.

Comparar la primera parte de Cómo coronar a un rey sin cabeza con la segunda es casi una tarea obligada y se puede afirmar que a pesar de ser una segunda parte más corta, esta supera a la primera ya que en su conjunto queda un proyecto más completo. Aunque esa primera parte no es ni mucho menos un mal trabajo, Cómo coronar a un rey sin cabeza II es una propuesta mejor lograda.

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