Del nicho al techo hay un trecho, ¿o así no era? Tu artista favorito, el que escuchas desde que subía sus temas a SoundCloud, de repente se pega y ya no es lo mismo, ahora todos lo escuchan, entras a TikTok y los que te criticaban por escucharlo comparten sus canciones, y por si no fuera poco ya no suena como antes.
Hoy analizamos la evolución de 8belial, el fenómeno emergente que ha pasado de ser un emo que hace música para raritos a parecer el tercer integrante de Plan B.
La metamorfosis de un rapero
Para ponernos en contexto debemos remontarnos a los inicios de la carrera musical del madrileño. Navegando entre los tesoros escondidos de SoundCloud encontramos las primeras canciones de 8belial, quien hizo su primer contacto con la música a través del hyperpop, con una estética totalmente contraria a la que presenta hoy en día.

Más tarde haría el gran salto a Spotify, donde realmente empieza a tomarse en serio su carrera musical. GlockChampions, PoloTeam o #SEXYJEANS son algunos de sus temas insignia durante esta etapa. Aquí conoceríamos a un Marcos Nicolás centrado en el glo, quien junto al resto de integrantes de DISOBEY acabarían por crear un movimiento y una identidad muy reconocible.

Esa es la clave del fenómeno DISOBEY, la identidad que, a través de su música y su estética, 8belial y los demás lograron forjar, provocando que miles de incomprendidos se sintieran identificados con sus prendas, letras y sonido, y de ahí la fuerte conexión de DISOBEY con su público.
El punto de inflexión llegó con Vertical Split y su mixtape Mr. Fino Riddim, para más tarde dar el gran boom con Orilla junto a Bad Gyal. En este proyecto conocimos al nuevo 8belial, dentro del que personalmente considero es su verdadero filón, el dancehall. Esa inédita manera de hacer un dancehall oscuro pero fresco que recuerda a los inicios de la Pussy K Mana no pasó desapercibida, y gracias al escaparate obtenido con Orilla, 8belial se colocaba como uno de los mayores talentos emergentes del urbano español.

Cuando una vez más parecía que había encontrado su lugar, el madrileño volvió a mutar. Estando en la cúspide de la ola underground lanza ChicaBumBum, un tema con tintes de dancehall pero con unos drums y versos de reguetón. No se quedó ahí, meses después vuelve con su último proyecto personal Los del Volumen, un EP que podrían haberte firmado los mismísimos Chencho y Maldy en su mejor momento. Reguetón puro y duro, con chanteos y estribillos que en poco –por no decir en nada– se parecen a La Máquina del Ritmo que conocíamos.
Los cambios no son sinónimo de deterioro, lo último que ha traído 8belial es muy bueno, pero es curioso ver cómo alguien que hacía música tan de nicho ha acabado lanzando productos totalmente contrarios a la identidad por la que un día se le reconoció. Y es ahí cuando surge la pregunta, ¿el reconocimiento ha cambiado el producto del artista o el artista ha cambiado su producto para conseguir el reconocimiento?
Los artistas evolucionan, mutan constantemente en busca de nuevas fórmulas y sonidos, y no por ello hay que criticarlos. Tú qué opinas, ¿te parece 8belial un talento versátil o un mercenario musical?