DISOBEY destroza la Paris 15 en su paso por Málaga

No es solo música, es un movimiento

Con tan solo ver la cola de personas que rodeaba la sala horas antes de su apertura y el ambiente que la envolvía, te das cuenta de lo que este grupo de chavales genera en quien entiende su música. Más allá de cualquier género o estilo musical, DISOBEY es el mártir de una tendencia social en auge, una tendencia que consiste en ir contra todo lo establecido, en vivir y actuar sin prestar atención a qué puedan pensar de ti los demás.

En muy poco tiempo han conseguido crear una conexión brutal con su público, y así lo demuestran en cada show, la gente se vuelve loca con sus actuaciones, y es que no es para menos, pues rompen cada tarima que pisan con su energía arrolladora. El primero en salir al escenario fue El WiWi, uno de sus productores, quien estuvo unos quince minutos pinchando a modo de calentamiento, para después dar paso a una especie de tráiler épico que presentaba al grupo y lo que representan.

Las rockstars no han muerto, han evolucionado

El concierto daba comienzo con FIESTA PRIVADA, el primero en salir fue Yyynestrosa, seguido de Roomtrash6, Cybernene y por último 8belial coincidiendo con el orden de sus versos en el tema. Si hubiéramos tenido un sismógrafo, probablemente hubiese registrado una magnitud considerable, los pogos inundaban la sala, y entre tanto caos nuestros protagonistas seguían el show con algunos de sus mejores temas juntos, como DAB, DIAMANTES, RIRI y SKY W DIAMONDS.

Pasando al bloque de canciones individuales, Cybernene presentó su nuevo single Presidente, acompañado de su track por excelencia: Swagpenheimer. Los artistas fueron sucediéndose intercalando sus singles, cada uno tuvo su espacio para brillar, sonaron los siguientes hits: ARROGANG, Vertical Split, Piña Colada, esta piba, Orilla, música basada, Latinas Everywhere y Bájate Gyal. Hicieron una pausa para cantar cumpleaños feliz a su mánager, Nene Malo, y aprovecharon el momento para lanzar una tarta al público, dando paso a EL PASTEL. Instantes después, 8belial cantó un fragmento de un tema inédito que pronto verá la luz.

Llegando a la recta final de la noche, los artistas quisieron agradecer a Fiebre Club, por haber sido una de los primeras salas en darles un voto de confianza. Cuando parecía que el show había llegado a su fin, DISOBEY jugó al despiste: las luces se apagaron y abandonaron el escenario. Pero lo que vino después fue puro sello de la casa.

En las pantallas apareció un vídeo surrealista de los miembros del colectivo relajándose en un jacuzzi. Y entonces, el clímax: regresaron con fuerza para desatar el DISOBEY ANTHEM, himno que hizo temblar los cimientos de la París 15. Antes de despedirse, presentaron entre vítores a los productores responsables del sonido que había incendiado la sala: Virtual Flavor, Wiwi y Afterloud.

Un cierre perfecto para una noche donde el desorden fue arte y la rebeldía, una celebración.

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