Oscilar entre lo clásico y lo experimental siempre fue la clave del éxito
En el flamenco existe una palabra para explicar la energía que transmite un artista cuando conecta con el público a través de su arte. Esa sensación cercana a lo indescriptible que rechaza lo racional y conecta a través de las emociones se conoce comúnmente como “duende”. Con sus raíces marcadas en lo tradicional y una insaciable búsqueda de nuevos sonidos, la artista sevillana Cristina Vela, mayormente conocida como Juicy BAE ha demostrado esa conexión, es decir, ese “duende”; a través de El Secreto, su segundo LP de estudio bajo la firma de Sonido Muchacho.
Tras dejar atrás los retoques de voz para adentrarse en sus costumbres, ha presentado un trabajo con un total de 15 cortes en los que su principal fuente de inspiración para escribir sigue intacta: el dolor.

Así pues, El Secreto se convierte en un proyecto con una amplia gama de géneros que ha marcado la carrera musical de la artista. De un momento a otro, podemos ver su versión más flamenca en canciones como ÉBANO 01, para pasar a una faceta más rapera ligada a los primeros años de su carrera con BITCH. Y por si todo esto no fuera suficiente, la artista se atreve a probar nuevos sonidos cómo es el caso de OBSESionadO con MI culO con un estilo más drillero.
Seguir hablando del disco sería imposible sin mencionar el trabajo de PMP. Desde hace ya unos años, la cantante y el productor son uña y carne; es inimaginable entender el éxito de uno sin el trabajo del otro y viceversa. El beatmaker es el principal responsable de promover la creatividad insaciable de Juicy a través de sus ritmos. Si decíamos con anterioridad que, para El Secreto, Juicy se ha alejado del sonido mecánico del autotune, para las bases, PMP ha completado la ecuación logrando ritmos más melódicos e instrumentales, sin dejar de ser innovador. Un ejemplo de esta fusión es la melodía con la guitarra que acompaña a canciones como 69 o el envolvente sonido de piano que podemos escuchar en CUpido.

En cuanto a las colaboraciones dentro del disco, también nos encontramos con una fusión entre lo antiguo y lo nuevo. Por un lado, tenemos artistas invitados con los que ya había colaborado anteriormente, caso de L´Haine, Abhir o Akriila; por otro lado tenemos colaboraciones nuevas e inesperadas como Hoke o La Zowi o colaboraciones que eran un secreto a gritos como con Diego 900 o Villano Antillano. Una lista que refuerza esa idea general entre la innovación y lo conocido.
Otro aspecto positivo que debe servir de referencia para el resto de artistas es el trabajo de promoción que hay detrás del disco. La Juicy y su equipo han sabido jugar sus cartas a la perfección con la idea del álbum para darle voz semanas antes de su salida. Para ello crearon una página web que contaba con 6 llaves que ocultaban cada una de las colaboraciones. Dichas llaves se desbloqueaban mediante contraseñas que no eran más que pistas relacionadas con la carrera y vida de la artista. De ese modo consiguieron no solo hacer una campaña de promoción interactiva con su audiencia, sino que al jugar con llaves y contraseñas todo giraba entorno a El Secreto, una gran campaña de la que, en SoundCoast, estamos seguros muchos artistas han de aprender.

Descifrar El Secreto detrás del disco es una tarea complicada.
Podemos encontrar esa versión de la intérprete que la hizo destacar y posicionarse como una artista de referencia en el panorama urbano, pero como os podéis imaginar quedarse estancado en un sonido nunca fue la fórmula para llegar a destacar. De ese modo si a esa versión le sumamos una vuelta a sus orígenes y una chispa de innovación obtenemos un disco que si ya de por sí es bueno tras su primera escucha mejora tras escucharlo de nuevo, una y otra vez.
Lanzar un disco que mezcle lo mejor de sus facetas musicales a lo largo de su carrera, pero sin perder su esencia, ese es sin duda su secreto.