El álbum que mejor define el trabajo del joven rapero lleno de colaboraciones con artistas emergentes
Quizá no te suene mucho el nombre de Lil Zuca, por eso te recomendamos que cojas papel y lápiz para tomar nota sobre uno de los artistas emergentes que cada vez está definiendo mejor su carrera artística.
BODY LANGUAGE, su último álbum de estudio, es uno de los trabajos más profesionales del joven rapero que ha llegado para demostrar lo que es capaz de hacer por alcanzar la fama.
Lil Zuca es uno de esos jóvenes promesa que cada vez está escalando más puestos en la escena del rap. Desde 2023 ha colaborado con diversos artistas que encajaban a la perfección en su estilo y, paralelamente, ha escrito y producido sus propios EPs entre los que se encuentran SHOPAHOLICS (2023) o MULI (2024), este último más profesional en cuanto a producción. Sin embargo, es ahora con BODY LANGUAGE con el que ha definido aún más su estilo a través de un trabajo más uniforme y armonioso, que cuenta además con varias colaboraciones de otros artistas emergentes que pertenecen a su círculo. El álbum también cuenta con colaboraciones en la producción, desde la suya propia hasta profesionales como Jaime Velasco, Damn Choppa, Adro y Koboss Beat.
La fusión del USA rap y los ritmos latinos
De principio a fin, BODY LANGUAGE es uno de esos álbumes que no tiene ni una sola canción que sobre. Esta virtud es la que se consigue cuando cada uno de los temas tiene una identidad propia que no los hace ser repetitivos y que encajan a la perfección con una producción bien trabajada que tiene claras influencias de los sonidos estadounidenses.
Canciones como TOA (CUM N GO) y SOLO TUYO representan ese estilo de Atlanta que han llevado por bandera artistas españoles como Gloosito y que continúa su estela con Lil Zuca. Destacan patrones como los 808 muy marcados, beats muy duros y agresivos en ciertas ocasiones, y los hi-hats rolls rápidos. A ello se le suma un freestyle y un estilo sobrado que le da esa imagen despreocupada que define a este álbum.
Sin embargo, no llega a ser un trabajo completamente cerrado a este estilo, sino que también se fusiona con ritmos latinos, cercanos un dembow suave, que podemos escuchar en canciones como CHAPON y BOUNCE THAT ASS. En este caso, las letra y expresiones están más cercano al urbano hispano que al USA rap mezclando el espíritu del hustler con el amor. Y tampoco podríamos dejar pasar los ritmos propios del club rap que podemos ver en temas como COMPLETA y FANCY que traen la estética de artistas como Travis Scott o Don Toliver con ritmos más enérgicos y pegadizos.
Pero este disco no estaría completo sin sus colaboraciones. Lil Zuca ha contado con su círculo artístico más cercano para dar forma a su trabajo. Vampi, Jaime Velasco, Ruizz, Save Fruite, XannyDay y Granuxi se han dejado ver cada uno con su estilo y su estética, un mano a mano con el que el rapero también ha querido dar una plataforma a sus compañeros que forman parte de esta escena del nuevo rap hecho por jóvenes emergentes.
ZONE, el tema de cierre, es un ejemplo de la unión que existe entre todos estos raperos. Un featuring de cuatro minutos entre Vampi, Jaime Velasco, Ruizz, Granuxi y Lil Zuca que recuerda a los temas largos en los que los artistas no cantan entre ellos, sino que cada uno tiene un espacio reservado para su estilo de manera lineal. Se trata así de un tema para poder dar una oportunidad a cada uno de sus amigos con sus propias barras dentro de su álbum para volver a demostrar esa fraternidad entre jóvenes emergentes que buscan hacerse un hueco en la industria.
La carrera de Lil Zuca no ha hecho más que despegar y BODY LANGUAGE es una demostración de su estilo a través de un álbum trabajado, con mucha producción propia, un sentido en cada canción y colaboraciones que no buscan tener un nombre llamativo en los créditos, sino trabajar con artistas que de verdad encajen con su manera de ver la música. Si a ello le sumas un sello de identidad cada vez más reforzado y lanzarlo en la era de los artistas emergentes, es difícil no conseguir una buena recepción.
