Unas gafas con cristal oscuro y montura de metal, un peinado llamativo, el septum y su fálico y característico tag. Bejo tiene una larga trayectoria en la que ha acuñado un estilo muy marcado grano a grano, año a año para ahora coger carrerilla y pegarle una patada, en blanco y negro y a cámara lenta, a aquella montaña . El 12 de noviembre sale Bejo, y llega Borja presentando El Interiorista.
No es mera metáfora, ni siquiera es solo un cambio estético, el concepto es un giro de 180 grados que saca el lado desconocido del tinerfeño. Este proyecto parece traer a la superficie no al verdadero “yo” del rapero, sino una faceta tan real como cualquier otra pero hasta ahora más desapercibida o quizá no tan visible.
Hablábamos de la estética “tradicional” de Bejo y las ramas que salen de ahí. Rap vacilón, digno miembro fundador de Locoplaya… pero no todo es cachondeo. Entre broma y broma encontramos un artista multidisciplinar. Le hemos visto tomando el micrófono y el pincel, lo que no sabíamos es que estaría por involucrarse en el séptimo arte. En compañía a este nuevo proyecto, nos entrega 20 minutos de una pieza audiovisual a la que complementan los ocho temas del disco, en blanco y negro y a cámara lenta como anteriormente anticipé. El filme fue grabado entre Madrid y la isla del Hierro; el primero, el sitio donde reside actualmente, y el segundo la isla donde veraneaba y que tanto simboliza para él.
En otros artículos he hablado de la cultura de los videoclips y su declive progresivo. Antiguamente era algo primordial en cuanto a cualquier lanzamiento, a día de hoy contados proyectos cuentan con uno. Borja se sale de los típicos visualizers que son la reminiscencia de lo que un día tuvimos, y nos prepara un corto que no solo acompaña o complementa lo que es el álbum, sino que toma sentido por sí mismo al nivel en el que está. Con suerte la gota en el vaso que aporta Bejo servirá para subir la vara y dejar de aceptar migajas propias de una cultura de la música saturada, con lanzamientos diarios y poco trascendentales.
El Interiorista, sacado de declaraciones del propio protagonista, es un trabajo inspirado por la crisis de los 30. Una crisis existencial que requería un punto más serio. Este enfoque precede al cambio de estética (fuera gafas, que suponen una barrera entre el exterior y el ego, por ejemplo) y no al revés. Así como en este caso el nombre del proyecto fue primero al proyecto en sí, lo que no es lo usual en los artistas y más concretamente en el propio Bejo, cuenta en una entrevista para El Diario.
La edad te va modelando como la erosión de las olas. A los años vuelves a aquel charco al que ibas a los veinte y algo no está igual. El Interiorista enuncia que ese cambio se localiza por dentro de las gafas y no por fuera.
“Al lugar donde has sido feliz no debieras volver nunca, el tiempo habrá hecho sus destrozos”
Joaquín Sabina
La cosa va de volcanes en erupción. Con EL CORAZÓN MANDA de Nico Miseria recién salido del horno podemos relacionar los conceptos de ambos en cuanto a la motivación o fuente de energía que los impulsa, estar en un mismo momento vital. No es que sean únicamente colegas sino que tienen un largo historial como colaboradores. Bejo ha contado de nuevo con Nico para producir dentro de este proyecto, el cual abre con una narración tan característica de él que no necesitas siquiera consultar su nombre en los créditos. Quizá te hayan venido a la cabeza el fragmento de REM de Faenna o la voz del final en Todo Llega del disco YO NO SOY YO, ambos temas producidos por Nico. Inconfundible.
Además de con Nico hemos visto colaboraciones como con Kase.O, su amigo y compañero Uge que hace un cameo en el short film, Ignatius Farray, que le pone un toque expresamente poético… Es de valorar que las colaboraciones no sean una lista de alardes ni pegotes sin sentido. Están cuidadosamente elegidas y aportan matices que enriquecen la obra y la elevan. Consiguen que el trabajo tome un tono fino, retrospectivo y elegante.
Después de la vuelta de Locoplaya este verano, Bejo decide nivelar el tono con este EP multidisciplinar, que baila en la cuerda de lo onírico y pelea contra el declive del attention span y la manera más reciente de entender y consumir la música.
“Consagrarse” me resulta muy arcaico, pero digamos que Bejo ha ampliado aún más si cabe el abanico de su legado y con ello demuestra, aunque suene pesado, que sabe envejecer bien en el sentido más estricto de la palabra.
